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Marea cafe con leche

Fotografía: Jesús Massó

El pasado 1 de Mayo un cocinero mediático de un programa celebre de la televisión pública salía a la palestra por hacer ciertas declaraciones sobre el estado de sus trabajadores en prácticas. Se jactaba de lo bien que trataba a sus becarios, reiterando en varios medios y en sus redes sociales que según él, y sus compañeros de profesión, es una práctica acertada, ya que para sus súbditos,  eso era como una masterclass.

En estos días también se le añade nuestro paisano Angel León, satisfecho por apilar a 16 «stagers» (eufemismo de becario no remunerado) en prácticas en un piso patera…Se me ocurren cantidad de adjetivos calificativos para estos señores pero el que mejor les define es el de «Piratas empresariales». Sí señores; una clase empresarial sin escrúpulos que se quiere enriquecer a costa del trabajo de los demás como si de un fiel reflejo de nuestro sistema envenenado por la corrupción se tratase. Por desgracia, esta practica es muy común en muchos sectores. Práctica según la cual, para muchos «piratas», la crisis ha sido un caramelito en sus manos para jugar con las condiciones laborales. En la hostelería como en muchos otros gremios, este caramelo es cada vez es más pegajoso y de sabor más agrio, un caramelo manchado por el sudor y el esfuerzo del trabajador.

El pasado 1 de  mayo nos despertamos con la realidad de cada día de muchos trabajadores del sector hostelero. Un sector donde la precariedad y el abuso en el ámbito laboral es tan frecuente que tendemos a normalizar dichas prácticas. Sí, en cierta medida justificamos su manera de actuar. De esa manera, no sólo es criticable el empresario hostelero que se aprovecha del empleado sino, también, el trabajador y su pasotismo ilustrado que institucionaliza este hecho amparado por una sociedad vacía de derechos que favorece la explotación laboral. Estamos tan acostumbrado de sacar las castañas del fuego de los demás que no nos importa que se nos quemen las nuestras. Pero ¿hasta cuando? 

No es estar en contra del empresario, nos consta que los hay muy honrados, esto no es una cruzada contra los dueños de establecimientos hosteleros, ni se trata de hacer una búsqueda y captura de emprendedores ni nada por el estilo; se trata de defender la existencia de un marco legal como son los convenios colectivos, el Estatuto de los trabajadores, las leyes, tratados actualmente como papel mojado.

Camarer@s que trabajan por 3€ la hora, camarer@s de piso por 2,15€ cada habitación, cociner@s que trabajan 40 horas y son contratados por 15 y cobrando un mísero salario…¿por que? ¿por qué aludimos a países latinoamericanos a la hora de hablar de precariedad  y no defendemos a nuestro vecino, hermano, cuñado o amigo?

Recientemente, hemos visto iniciar cambios a nuestro alrededor. El 15M nos enseñó a reunirnos para conversar, Internet nos ayuda a informarnos y documentarnos. 

Estos cambios han producido mareas, algunas de espuma blanca que claman por sanar, otras de plácido color verde que suplican esperanza en lo formativo, otras de tonos morados que ruegan por la igualdad, otras mareas altas con la que los mayores buscan su tranquilidad…y también existe una marea de color ocre, en tonos café con leche, que quiere la tranquilidad de un mar de respeto e igualitario para todos/as

La Marea Café Con leche nació para dar voz a los trabajadores de la hostelería/ hoteles ante la situación de desigualdad que vivimos actualmente. Un sector que para nuestra ciudad es de vital importancia. Al carecer de industria, el sector servicio y el turismo es el motor económico que mueve a nuestros vecinos/as. Creemos que despertar y fomentar una conciencia social es el paso adecuado para luchar ante esta lacra laboral.

La Marea empieza a llenarse y tarde o temprano nos tendremos que mojar.

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