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Nacho casado

Ilustración: pedripol

Marea Verde Cádiz: cinco años defendiendo la escuela pública

Hacer balance de la Marea Verde de Cádiz, movimiento que nació para defender la escuela pública frente a la privatización, provoca cierto pesimismo en pleno periodo de matriculación, cuando la mayoría de centros públicos de la ciudad apenas ha recibido preinscripciones y dos de ellos, situados en la zona más deprimida de la ciudad, no han recibido ni una sola preinscripción para las clases de infantil de tres años. Uno de ellos es precisamente el CEIP Andalucía, centro donde nació la marea verde gaditana en el encierro-vigilia en defensa de la escuela pública la noche del 21 de mayo de 2012.

Pesimismo de la razón

La ciudad de Cádiz es un ejemplo paradigmático del proceso privatizador a que se está viendo sometida la escuela pública. En dos décadas han cerrado siete centros educativos públicos: el Colegio Bartolomé Esteban Murillo (Capuchinos), el colegio José León de Carranza en el barrio de Puntales, el colegio Eduardo Benot en la barriada de la Paz, el colegio Jaime Balmes en la calle Arbolí, el colegio Carmen Jiménez en San Severiano, el Manuel de Falla del barrio de La Laguna y el IES la Paz en el barrio que le da nombre. Además, la mayoría de colegios públicos que subsisten en la ciudad están reducidos en su mayoría a su mínima expresión con una sola línea y con sus instalaciones infrautilizadas.

La bajada de natalidad, producto de la crisis económica de los últimos años, está sirviendo para arrinconar aún más a la escuela pública de la ciudad, al perder únicamente la red pública unidades, ya que la privada está blindada por los conciertos. De nuevo la red privada gana espacio, hasta dejar a la escuela pública como mero complemento de la privada y amenazada de desaparición. Este año la Junta de Andalucía ha renovado la práctica totalidad de los conciertos con centros privados de la ciudad por otros seis años gracias a la LOMCE, por lo que de nuevo será la escuela pública, durante los próximos años, la que soporte la bajada de natalidad.

Los datos de escolarización de la ciudad de Cádiz son ya escandalosos: el curso actual, en infantil de tres años, el porcentaje de alumnado matriculado en la privada concertada es del 65,27%, lo que marca una tendencia imparable de retroceso de la escuela pública que ya matricula solo al 37,95 %, en infantil, al 41,8 % en primaria, el 39,33 % en secundaria e incluso en bachillerato, a pesar de no ser obligatoria, ya está matriculado en la privada el 27% del alumnado. La presencia de la privada en la FP también es abrumadora en la ciudad, con ciclos que incluso se ofertan solo en la privada y no en la pública.

Esto no es un proceso natural; es el resultado de unas políticas educativas llevadas a cabo por los gobiernos estatal, andaluz y municipal que han estado hasta ahora (o hasta hace muy poco en el caso municipal) en manos de dos Partidos: el PSOE y el PP y que han mantenido, a pesar de lo que pueda parecer por el baile de leyes educativas, una política educativa muy parecida.

El Real Decreto del Gobierno Central de 20 de abril de 2012 “de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo” supuso un verdadero hachazo a la escuela pública en forma de despido de miles de profesores, recortes presupuestarios, aumento de la ratio, etc. Estos recortes fueron obediente y diligentemente aplicados a la escuela pública andaluza por el Gobierno Andaluz; ese año cerca de 5000 profesores despedidos y más de 1300 unidades cerradas en los centros públicos andaluces desde entonces.

Frente a los recortes en la pública, despilfarro en la concertada. Así, en la ciudad de Cádiz con una escuela pública reducida a su mínima expresión en el curso actual, se ofertaron 1085 plazas de infantil de tres años, para una demanda de solo 834 alumnos (Diario de Cádiz 12/04/2016), ya que se mantienen todas las unidades concertadas con los centros privados. Solo suprimir los conciertos de unidades superfluas por innecesarias (ya que hay plazas suficientes en los centros públicos) a los centros privados supondría el ahorro de un millón de euros solo en la etapa de infantil, ante la duplicidad de oferta innecesaria, hurtando un dinero que sería esencial para mejorar el sistema educativo de la ciudad. Con tan solo ocupar las plazas libres en el segundo ciclo de infantil (de 3 a 5 años) disponibles en los centros públicos de la ciudad se ahorraría 786.408 euros

No es este el lugar para detenernos a explicar los factores que explican el avance de la enseñanza privada en detrimento de la pública en nuestra ciudad (situación deplorable de los centros públicos  por la falta de inversión, no tener plazas suficientes de comedor y aula matinal o incluso que haya centros sin estos servicios, la escasa oferta pública del primer ciclo de infantil, la oferta de los centros privados de todas las etapas educativas en el mismo centro, etc.) Pero sí hay que denunciar dos graves consecuencias: el clasismo y la segregación, más o menos encubierta, del alumnado.

La escuela privada concertada es una red usada mayoritariamente por las familias que se perciben como clases medias-altas, y la red pública por las clases trabajadoras. Por ejemplo el 90 % de los menores de entre 11 y 16 años procedentes de familia con ingresos inferiores a 1100 euros ocupan plazas públicas, en cambio más del 50% de los procedentes de hogares de rentas superiores a 2700 euros ocupan plazas en centros concertados y privados (datos del I Informe del Observatorio de Desigualdad de Andalucía). El cobro de cuotas supuestamente “voluntarias” es una de las formas de seleccionar económicamente.

Además, segregan al alumnado necesidades educativas específicas. Siguiendo los datos oficiales de la Consejería del curso 2015-2016 (del curso actual aún no están publicados los datos) en la provincia de Cádiz de 3936 alumn@s con NEE en total, solo 624 están matriculados en la privada concertada. Es decir, un 15,85%. Estos datos serían aún más descarnados si los pudiéramos obtener desglosados de la ciudad de Cádiz. Además, hay que tener en cuenta que el alumnado con NEE atendido en la privada son en su inmensa mayoría los casos más leves, como ha reconocido la propia Delegación de Educación.

Aún más escandalosos son los datos sobre  la escolarización del alumnado inmigrante, ya que solo el 4,83% del alumnado inmigrante de la etapa de segundo ciclo infantil está matriculado en los centros privados concertados. En primaria apenas supone el 6,09%.

No debemos olvidar el ideario religioso como factor de exclusión, ya que sirve de disuasión de aquellas familias procedentes de otras culturas. En efecto, la red privada concertada de la ciudad de Cádiz es en su práctica totalidad de ideario religioso católico (no hay que más que ver los nombres de los colegios, con decir que el único que no sigue, en teoría, ese ideario tiene un museo propio dedicado a la Semana Santa, está dicho todo). El carácter segregador no está solo en la disuasión de otras culturas, sino en la transmisión de valores sexistas y discriminatorios, en ocasiones en las versiones más integristas del catolicismo. El caso más evidente es el de la “empresa” Educatio Servanda, presidida por el constructor Juan Carlos Corbera, que con el apoyo del obispado de Cádiz gestiona ya dos colegios en la ciudad: el María Auxiliadora (La Palma) y el San Martín (en el Pópulo). Educatio Servanda está vinculada a corrientes integristas como los Kikos, y tiene a gala cuestionar lo que ellos llaman la ideología de género y denostar el feminismo. El mismo discurso que el famoso autobús de Hazte Oír.

Optimismo de la voluntad

El surgimiento de la Marea Verde, por primera vez en muchos años, consiguió cuestionar la lógica neoliberal que está en la base del proceso privatizador. Esta fue ya su primera victoria: el haber penetrado en el discurso de una amplia mayoría social. Sin duda, esto hubiera sido inimaginable sin que antes hubiera sucedido el 15M, del que la marea verde (como el resto de mareas) es deudora.

Fue precisamente en el verano del 2011, en plena efervescencia de las plazas del 15M, cuando nació la Marea Verde en Madrid a raíz de la publicación de unas instrucciones de principio del curso escolar 2011-12 que suponían el despido de más de 3000 profesores interinos y el aumento del horario lectivo del resto. En los meses siguientes y en el curso posterior la marea se extenderá al resto de territorios, sobre todo cuando el Decreto de 14/2012 extienda los recortes a todo el estado en abril de 2012.

En el caso de Cádiz tenemos fecha precisa: fue la víspera de la huelga del 22 de mayo de 2012, convocada contra el Decreto de los recortes educativos del Gobierno Central. La noche del 21 de mayo de 2012 en el CEIP Andalucía de la ciudad de Cádiz, tuvo lugar un encierro-vigilia en defensa de la escuela pública convocado por la Plataforma en defensa de la Escuela Pública donde se celebró una asamblea, dando comienzo así a lo que enseguida iba a ser denominada Marea Verde.

Ese encierro-asamblea fundacional ya puso de manifiesto los principales rasgos que iban a caracterizar a la Marea Verde.

– Autoorganización y choque con organizaciones «tradicionales». Sintomáticamente, de las organizaciones sindicales convocantes a la huelga, los delegados de CCOO y UGT abandonaron el encierro al constituirse la asamblea, a diferencia de otros sindicatos que si han colaborado siempre con la Marea.

– Desbordamiento de lo laboral y defensa del servicio público. La composición de la asamblea en la que participaron profesores/as , junto a madres y padres, alumnado o personal de administración y servicios permitió que las reivindicaciones no se quedaran en lo laboral, sino que se centraran sobre todo en la defensa de la enseñanza como servicio público, que corresponde a toda la sociedad defender. Se trata de un conflicto de clase, porque su componente principal son trabajadores, sin embargo, no se reduce al ámbito laboral, lo que permite la implicación de otros colectivos en la lucha. Y lo más importante: crear una comunidad democrática y participativa en torno a la gestión del servicio público.

– Carácter imaginativo de las movilizaciones. Vinculada a la necesaria defensa de lo público en ese asamblea fundacional se consensuó la necesidad de realizar movilizaciones diferentes que no perjudicaran al alumnado de la escuela pública. En ese sentido, se criticaron abiertamente las propuestas que ya habían salido de algunos equipos directivos de determinados centros de responder a los recortes, por ejemplo,  no haciendo fiestas de fin de curso, y se planteó buscar otras alternativas como realizar las fiestas pero con contenido reivindicativo.

De esta asamblea nacería la marea verde gaditana, un movimiento conectado en red que sería diversa, más o menos densa según localidades y comarcas, pero que llevaría la iniciativa en las movilizaciones en defensa de la escuela pública, coordinándose en asambleas de centro de localidad y provinciales y que pronto se coordinaría con el resto de provincias andaluzas en la Marea Verde Andaluza y con el conjunto del estado en las Mareas por la Pública. La intensa actividad a lo largo de estos años se puede seguir en el blog: escuelagaditanaenlucha.blogspot.com.es

El carácter horizontal y autoorganizativo está en la base, sin duda, de la riqueza y variedad de acciones y estrategias utilizadas. Se usan herramientas sindicales clásicas como la huelga, aunque cuestionando su utilidad tal y como se hacen, e intentando proponer  formas más imaginativas: la  huelga de toda la comunidad educativa, paros parciales, boicots… Podemos citar como ejemplo el boicot a las llamadas pruebas de Diagnóstico y Escala, que consistió en convocar paros parciales durante los días de su realización para que el profesorado pudiese hacer huelga y no pasarlas,  llamando a las familias a boicotearlas.  Dichas pruebas se convirtieron en el blanco ideal para las movilizaciones de la marea porque permitían conciliar la protesta laboral sin deteriorar el servicio público y la participación activa de las familias. Son pruebas que tienen un marcado carácter neoliberal y economicista, realizadas por una agencia externa (la AGAEVE), de más que dudosa utilidad para la escuela pública y realmente consideramos que no aportan nada al proceso de enseñanza del alumnado.

También podemos citar otras muchas experiencias que hemos llevado a cabo: las marchas a pie desde Puerto Real o desde San Fernando a Cádiz, los encierros en centros educativos, la realización de clases en la calle, flashmobs, cadenas humanas, pasacalles, conciertos como «La pública tiene talento» (donde muchos artistas que estudiaban o trabajaban en los centros públicos demostraron sus dotes artísticas), la creación de libros libres disponibles para descargar en internet que cuestionan el negocio de los libros de texto etc.

Y es que la Marea Verde ha sido mucho más que movilizaciones más o menos clásicas. En la línea del 15M se ha basado en la ocupación del espacio urbano llenando las calles de color verde, con la famosa camiseta verde de «Escuela pública de tod@s para tod@s». Los centros educativos se han convertido en espacios de lucha, llenos de elementos reivindicativos y abriéndolos a familias y a la ciudadanía para realizar asambleas, charlas informativas o actos reivindicativos.

 A modo de balance

La Marea Verde ha conseguido una gran legitimación social, y ha conseguido cuestionar el discurso neoliberal base de las privatizaciones llegando a amplias capas de la población. Sin embargo, a lo largo de los años, ha descendido la participación activa.

Sin duda, la Marea Verde -como el resto de mareas- ha contribuido a traer un cambio político, con la aparición de nuevas fuerzas políticas que cuestionan el statu quo. Pero esto ha tenido unos resultados ambivalentes puesto que esta aparición ha contribuido en parte a desmovilizar a la propia marea, al canalizar hacia lo institucional a muchos activistas, llevando la situación a un cierto callejón sin salida.

No debemos olvidar que la historia nos demuestra que solo la movilización social ha permitido que consigamos avanzar. Si hemos perdido la iniciativa, hay que recuperarla. Hay que repensar cómo. La gravedad de la situación tal y como nos muestra el actual proceso de matriculación en Cádiz hace que sea imprescindible que suba de nuevo la marea.