Tiempo de lectura ⏰ 3 minutitos de ná

Marta melendez

Ilustración: pedripol

Pedro volvió y ganó. Este fin de semana constituirá su nueva ejecutiva. Y partir de ahí ¿qué? Durante la campaña de las primarias, los candidatos y la candidata pusieron sobre la mesa la generosidad como seña de identidad e invocaron un nuevo tiempo en el partido socialista.

Pedro ganó y convenció. Con un discurso encuadrado en la recuperación de la identidad de izquierdas, que ahora tendrá que demostrar. Con el único objetivo de recuperar a los votantes que dejaron de confiar en el partido socialista y se lanzaron a los brazos de Podemos.

Así que ahora Pedro manda y bien. Y tendrá que decidir, entre otras cuestiones, cuál es la futura política de alianzas que llevará a cabo el partido socialista. Indudablemente ésta tiene que pasar por mejorar nuestras relaciones con Podemos, puesto que sólo así –al menos de momento- podremos desbancar a la derecha de las instituciones o impedir su llegada a ellas.

Así que ahora le toca –en primera persona- dirigir este nuevo tiempo. De arriba abajo. Parece que prestando su confianza en aquellos y aquellas que han liderado su retorno en cada una de las agrupaciones del partido socialista. Visibilizando en ellos y ellas esa regeneración política y esa supuesta renovación en los liderazgos. Marcando el paso que inexorablemente conlleva contar con la militancia, alentado la participación y la libre expresión de la misma. En definitiva, marcándose el objetivo de mejorar la democracia interna y abrir la organización a la sociedad civil. Claro está que Pedro tendrá que saber que entre sus filas se aprecia a “turborrenovadores” y jóvenes no tan jóvenes que limitan la participación de la militancia convocando asambleas en el partido cada año y medio.  

Seré sincera. Me cuesta confiar en este “nuevo” cambio. Son muchos años de partido. Escuchando las mismas promesas. Oyendo cómo es necesaria la regeneración y la renovación de los líderes y lideresas y si ésta llega es para la perpetuación de los supuestos “nuevos”. Leyendo muchos programas electorales con buenas intenciones. Y un único resultado: el desapego galopante de la ciudadanía y un descontento generalizado de la militancia, cada vez más mermada. Esta situación se muestra más que patente en la ciudad de Cádiz. Ahora mismo el PSOE de Cádiz no es alternativa de gobierno, porque la ciudadanía ha dejado de confiar en la organización. A las últimas encuestas publicadas me remito. Sólo el 7,1% de los encuestados considera que el PSOE gobernará la ciudad en 2019 y en la que confirman al actual alcalde como líder indiscutible de la ciudad.

Así que ahora, con Pedro como secretario general, las formas en la dirección del partido en Cádiz tendrán que cambiar. Nuestra estrategia política en el Ayuntamiento de Cádiz tendrá que dar un giro de ciento ochenta grados. En primer lugar, para que la derecha no vuelva a gobernar nuestra ciudad. Y en segundo lugar, para que la ciudadanía no siga viendo al PSOE como ese partido que pone palos en las ruedas del actual gobierno municipal. Si no nos mostramos dispuestos a ayudar en la gestión diaria de la ciudad, en ayudar al equipo de gobierno en todo aquello en lo que se muestre incapaz, jamás retomaremos el pulso de la ciudad. Así que basta ya de exabruptos como los lanzados este fin de semana.

Pocos militantes –sólo los más allegados al portavoz socialista- comprenden y comparten la estrategia que marca la actual dirección política del PSOE de Cádiz. Y muchos coinciden en que así es imposible seguir. Porque para parte de la ciudad, es injustificable mantener un gobierno que en palabras del propio portavoz socialista “no tiene modelo de ciudad” y “está solo para calentar el sillón”. Y para la otra parte de la ciudad no tiene sentido alguno mantener el “no” a los presupuestos, el “no” a la remunicipalización, el “no” al espacio para la ciudadanía frente a las terrazas en la hostelería, y así un largo etcétera, para luego pegar el vaivén como en el caso de la remunicipalización.

Con el PSOE de Pedro y su giro a la izquierda, está claro que se ha de mantener a Podemos en el gobierno municipal y nadie podrá pensar en una moción de censura en el Ayuntamiento de Cádiz. Así que dos opciones se presentan a la vista: o cambiamos la estrategia de oposición por una estrategia de gobierno –o al menos de ayuda al alcalde y sus concejales o concejalas- o cambiamos de líder en el PSOE de Cádiz. Me decanto por la primera opción, por el tiempo invertido y porque a estas alturas de la “película”, no vamos a premiar con un destino privilegiado a quien ha llevado al partido socialista de Cádiz a los peores resultados electorales de su historia y sin previsión de mejoría. Pedro decidirá.

Rate this post
Banner horizontal

Banner pedropablo pre

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *