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Desi ortega

Fotografía por Jaime Mdc

Pocas veces se identifican los títeres con las artes plásticas, aunque de alguna manera, toda marioneta es ciertamente una escultura animada o articulada. Entre los maestros que aprecian el valor artístico de este elemento escénico se encuentra Francisco Peralta Gómez (Cádiz, 1930). Su trayectoria profesional es un ejemplo más de profeta que no lo es en su tierra. Tras estudiar en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Cádiz, se licenció en Bellas Artes por la Complutense de Madrid, sección escultura. Su tesina desarrolló de manera visionaria conceptos de carácter multidisciplinar, pues se centró en la integración de las artes y la aplicación pedagógica de los títeres.

Francisco peralta. gentileza de j.m. travieso domus pucelae

De hecho, en toda su actividad como profesor de Modelado y Vaciado ha empleado como recurso didáctico la construcción de títeres. Al mismo tiempo, desde 1956 ha llevado a la escena diversas obras, como Bastién et Bastianne de Mozart, El retablo de Maese Pedro de Falla, Los melindres de Belisa de Lope de Vega o El paso de las aceitunas de Lope de Rueda, entre otras muchas. Para todas ellas ha creado figuras estilizadas de una belleza extraordinaria, innovando y creando nuevas técnicas de manipulación. En su labor, continuamente ha perseguido la expresividad más que la perfección, aunque el acabado de todas sus creaciones se acerca al virtuosismo. Desde el principio ha trabajado con su esposa Matilde del Amo y en 1981 fundó oficialmente la compañía de Marionetas Peralta del Amo, en la que se integraron sus cinco hijas. De esta manera, tanto como docente de arte y de teatro, así como creador, ha estado presente en escuelas, talleres y festivales nacionales e internacionales, además de participar en exposiciones de escultura y pintura. Así mismo, ha colaborado en cine y televisión, como en las películas Dulcinea (1962) de Vicente Escribá o Cabriola (1965) de Mel Ferrer, y varios de sus montajes fueron grabados para El carro de la farsa de TVE.

En 1990 fue el primer marionetista en recibir la Medalla de Plata al Mérito en Bellas y tiene su entrada propia en la Enciclopedia mundial del títere (2009) editada por la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA). Varias exposiciones retrospectivas en torno a su obra se han presentado en  festivales internacionales, como los franceses de Toulouse (1992) y Charleville-Méziéres (1994), o Tiririlandia 97 en Madrid. Creación suya, además, es la estatua de bronce erigida en Móstoles en 1998, dedicada a los artistas de los títeres. En 2008, junto con su mujer, fue nombrado Miembro de Honor de UNIMA España.

Peralta continúa con su investigación en las técnicas de las marionetas en Segovia, donde reside y a la que está vinculado junto con su festival, Titirimundi, desde 1985. Precisamente, es la entrega de esta ciudad al arte del títere, por la que Francisco Peralta ha decidido que ésta albergue y custodie el conjunto de su obra. De hecho, en 2014, se inauguró la colección Peralta, ubicada en la puerta de Santiago de la muralla de la ciudad, que se está convirtiendo en un interesante espacio museográfico, con variadas actividades. En ciudad natal, en cambio, es un auténtico desconocido, y sólo se ha podido constatar, una participación en el II Festival del Títere en 1985. Sin embargo, Francisco Peralta siempre defiende que su amor por este arte le viene a través de Cádiz y La Tía Norica, por lo que está claro que se le debe un justo y merecido reconocimiento.

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